San Francisco, la ciudad del amor y las flores

Abierta a la inmensidad del Pacífico, custodiando su hermosa bahía que fue puerto del oro de Sacramento y cuna de los sueños de jóvenes que quisieron cambiar el mundo,

San Francisco es una ciudad en comunión con la naturaleza, salpicada de colinas que contemplan la inmensidad del oceáno, con empinadas calles surtidas de cafés y antiguas casas de madera de múltiples colores. La joya de California,la más europea de las urbes americanas, la ciudad de las flores.

If you’re going to San Francisco be sure to wear to some flowers in your hair, cantaba Scott MacKenzie en junio de 1967 para promocionar el festival de Monterrey que iba a convertirse en la primera concentración masiva de la historia de rock y uno de los epicentros de la cultura hippie, junto con el  Human Be Inn del Golden Gate Park del mismo año en el que cincuenta mil jóvenes se concentraron para protestar contra la prohición del LSD. Un Be Inn venía a ser un happening colectivo en el que se mezclaban drogas con performances teatrales, poesía y música. En aquel tiempo, Timothy Leary, el gurú de la psiquedelia, pregonaba aquello del turn on, turn in & drop out (enchufa, sintoniza, déjate ir).

SF Mime troupe

Han pasado ya más de cuarenta años del verano del amor pero San Francisco sigue impregnado de su aroma y del espíritu de la ‘Contracultura’ tal y como la definió Theodore Roszak en su influyente libro The Making of a Counterculture, para designar los movimientos de rebelión ante la cultura establecida. Los beatniks con Allen Ginsberg, Jack Kerouac y William Burroughs al frente fueron los primeros disidentes de ese monstruo tecnocrático que el poeta llama Molloch en Howl (1956), el aullido de una generación que se resistía a ver perder sus mejores mentes, devoradas por la sociedad opulenta que programa nuestras vidas convirtiéndonos en el robótico hombre unidimensional descrito por Herbert Marcuse a finales de los cincuenta. La vida puede vivirse de otro modo, On the road (1957) como establece del clásico de Kerouac en el que el viaje es libertad y autoconocimiento.

La Generación Beat se instaló en el barrio de North Beach en San Francisco, donde en 1953 Lawrence Ferlinghetti creó la librería y editorial independiente City Lights que hizo posible la aparición de Howl, y del renacer de poesía de San Francisco con sus pocket series, libros de bolsillo que cumplian con la premisa contracultural de recuperar artes menospreciadas como la poesía.

SF City lights

La librería se halla en el 261 de Columbus Ave y mantiene todavía ese halo de humo, madera envejecida, estanterías a rebosar y lo más importante, libros que incitan a pensar desafiando a la cultura establecida. Casi un milagro ahora que la globalización lo absorve todo para convertirlo en una marca o parque temático. El enclave de City Lights con el Café Vesuvio en la esquina, sigue manteniendo parte de su esencia, así como el Café Greco (423 Columbus Ave),  y el ambiente de bares y restaurantes que frecuentaban los beatniks a lo largo de Broadway Avenue.

SF Vesuvio graff

Para el viajero que disponga de más tiempo, siguiendo los pasos de Kerouac se podría visitar Big Sur, localidad situada al sur de la ciudad siguiendo la bellísima y recomandable High 1 que une San Francisco con L.A. por la Pacific Coast. Otra opción sería subirse a un tren con destino a Oregon, atravesando  bosques de sequoias como hacía Gary Snyder, el primer ‘vagabundo del Dharma’ y beat más vinculado a la ecología y el orientalismo.

Bohemia, jazz, drogas, alcohol y viajes fueron las bases de la Generación Beat cuya actitud fue mucho más disidente y nihilista que los posteriores hippies.

Estos llegaron a San Francisco a mediados de los sesenta y se establecieron en el barrio de Haight Ashbury, un lugar por entonces casi abandonado, lleno de viejas mansiones destartaladas, alejado del centro y entre los parques del Golden Gate y Buena Vista.

Sf Hippie shop

Los hippies con su idealismo y sentido comunal llenaron el barrio de color y alegría, montando pequeños comercios de música, esoterismo, astrología o comida vegetariana donde el trueque y la conversación substituían a la compra venta. Obviamente hoy en día de esto queda muy poco y Haight puede resultar bastante decepcionante al mostrarse como un parque temático donde pasar una noche en un hotel hippie tiene un coste astronómico al igual que comprar ropa de época.

SF red vic

Pese a ello, es recomandable la visita a este lugar, deambulando al atardecer cuando la luz dorada baña sus bellas casas de madera y escuchar discos memorables  de la época como Surrealistic Pillow de Jefferson Airplane o canciones como el California Dreaming  de The Mamas & The Papas y Summertime en versión de Janis Joplin. Los más mitómanos pueden visitar la casa donde vivió la joven musa (112 Lyon St.) o el hogar de los Grateful Dead (710 Ashbury St.) e incluso la mansion del hippie asesino Charles Manson (2400 Fulton St.). Pero es mejor dejarse llevar por la música y una sana nostalgia hasta el Golden Gate Park que abre sus puertas al Pacífico, invitando a tomar un picnic al sol, o curiosear por tiendas de libros y cd’s de segunda mano como Green Apple (506 Clement St.)

Berk telegraph

A finales de 1967 los hippies tuvieron que mudarse a Berkeley porque las autoridades les echaron del barrio. Se concentraron a lo largo de Telegraph Avenue desde la puerta sur de la Universidad de California en la calle Bancroft hasta la esquina con Dwight donde todavía queda ese viejo solar por el que hippies y estudiantes lucharon en 1969, para evitar que se convirtiera en terreno urbanizable.

La batalla acabó con la muerte de un estudiante pero el lugar quedaría para siempre como el People’s Park.

SF graf

Al igual que habían hecho en Haight, los hippies convirtieron Telegraph y sus calles adyacentes en un lugar vivo y alegre hasta que las drogas duras acabaron con todo.

Tomando el BART, tren de la bahía, es muy fácil llegar a Berkeley y sin duda, vale la pena una visita de un día para recorrer esta bonita localidad universitaria que mantiene vestigios de la época hippie como el mercadillo en la calle o las librerías Shambala (orientalista) y Moe’s. Se han perdido otras como Cody’s o la mítica tienda de vinilos Rasputin Records o cafés como el Mediterranean pero Berkeley sigue siendo un lugar agradable con zonas como la de College Avenue donde proliferan tiendas y lugares interesantes.

Berk 2

Mis padres vivieron en Berkeley a finales de los sesenta y al volver a España difundieron la cultura hippie con libros como California Trip (1971) o Filosofías del underground (1977), publicados en las editoriales Kairós y Anagrama que con los hermanos Pániker y Jorge Herralde al frente se encargaron de traducir y difundir muchos de los textos fundamentales de la Contracultura que tuvo en España poca repercusión, aunque el Canet Rock e Ibiza fueron dos epicentros importantes.

Para muchos de los que vivieron esa época o crecieron con ella San Francisco tiene una carga mitológica como puede tenerla para los amantes del buen cine que por sus calles pueden revivir obras maestras como Vértigo (A. Hitchcock, 1958), El graduado (M. Nichols, 1967), La conversación (F. Coppola, 1974) o Bullit (P. Yates, 1968), sin olvidar otras como What’s Up Doc (P. Bogdanovich, 1972), La fuga de Alcatraz (D. Siegel, 1979) o Instinto Básico (P. Verhoeven, 1992).

SF tranvia

San Francisco es una ciudad acogedora que invita a pasear y tomar sus característicos tranvías para llevarnos por un recorrido establecido que pasa por el Fisherman Wharf, antiguo embarcadero donde tomar cangrejo y langosta contemplando sus leones marinos, la visita a la isla de Alcatraz, convertida en prisión federal en 1934 y que alojó a criminales de la talla de Al Capone, remontar hasta Pacific Heights el clasista y privilegiado barrio desde el que contemplar el skyline de la ciudad, con el característico rascacielos Transamerica Pyramid y la Coit Tower, a la que puede se puede ascender subiendo por Telegraph Hill, sin olvidarse del tramo final de Lombard Street con su vertiginosa e inclinada pendiente salpicada de flores. Chinatown es sin duda otro aliciente o la plaza Ghirardelli con su antigua fábrica de chocolate (hoy convetida en centro comercial). Perderse por la vitalidad de barrios como North Beach, Castro el hogar del Gay Power y Harvey Milk o Mission sin un rumbo fijo es una opción recomendable, al igual que salir de marcha por la zona de Soma o visitar el Filmore West, templo del pop rock por el que pasaron todas las grandes formaciones de los sesenta.

SF Castro

Así mismo, merece la pena desplazarse hasta Fort Point, al final de Long Avenue, a los pies del maravilloso Golden Gate para contemplar una puesta de sol donde la misteriosa Madeleine de Vértigo se arrojaba la bahía. Cruzar el puente y cenar en Sausalito, la pequeña localidad costera donde el orientalista Alan Watts vivió en su casa bote, es un placer obligado. Desde ella la vista de San Franciso y su bahía es única. La ciudad y su entorno se erigen perfectamente integradas en una escala muy humana, rodeada de una majestuosa naturaleza que tan sólo durante unos meses la azota con los vientos y brumas del Pacífico. San Francisco es luz, armonía, casas victorianas de madera coloristas, fantasía, libertad y optimismo, desafiando a la siempre amenazante falla de San Juan que en 1906 arrasó la ciudad con un terremoto. La ciudad del amor y las flores se alza bella y orgullosa en sus colinas, plantando cara a metrópolis desbordantes e inhumanas como Los Angeles, mostrando al mundo que aunque el sueño hippie se acabara, el mundo mejor siempre será posible.

Texto y Fotos : Alexis Racionero Ragué

Publicado en la Revista Altaïr num 59 (California y el lejano Oeste)

PARA SABER MáS

– Contracultura descrita por americanos :

The Making of a CounterCulture. THEODORE ROSZAK. University of California Press, 1995 (1ª ed 1969). En inglés

The Greening of America. CHARLES A. REICH. Random House, 1970. En inglés

– Contracultura descrita por españoles :

California Trip. MARIA JOSÉ RAGUÉ. Ed Kairós, 1971. En castellano

Filosofías del Underground. LUIS RACIONERO. Ed Anagrama, 1977. En castellano

– Novelas de viajes :

On the road. JACK KEROUAC, Viking Press, 2007 (50th anniversary). En inglés, también disponible en castellano.

Ponche de ácido lisérgico. TOM WOLFE. Ed Anagrama, 1997 (1ª ed 1967). En castellano

– Poesia y Beatniks :

The Penguin Book of the Beats. ANN CHARTERS (editor). Penguin Books, London, 1993. En inglés

– San Francisco cinematográfico :

Celluloid San Francisco. J. BUSKIRK/W. SHANK. Chicago Review Press, 2006. En inglés

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