Poliédrica India

El ciclo Geografíes, ments obertes, celebró su segunda edición en Ordino entre el 7 y 20 de mayo, consolidándose con una mejora de espacio, mayor asistencia y unos excelentes ponentes.
Para hablar sobre India estuvieron Ana M. Briongos con una charla sobre Calcuta; los fotógrafos y entrañables viajeros Roland y Sabrina Michaud con l’ Inde dans un mirroir; Sheri Masala hablando de danza y Bollywood; Agustín Pániker con la diversidad de India y la fascinación por Oriente y Óscar Pujol con El Yoga de Patanjali y el Hinduismo. Diez años después, volví a presentar mi documental Rubbersoul, el viaje hippy a la India, con una breve introducción entorno a cómo el rodaje y las entrevistas acabaron cambiando mi vida, resumiendo parte de lo que explico en el libro Shanti, Shanti viaje al norte de la India rodando un documental.
En aquel momento, las conversaciones quedaron como un poso que con los años se ha ido filtrando. Años después me convertí en maestro de yoga, terapeuta, escritor de viajes, especialista en filosofías orientales… Creo que desde aquel documental y viaje a la India pasé a ser una persona más en el camino del aprendizaje hacia el interior de uno mismo, dejando poco a poco al maestro que enseña desde fuera. Tal sea el paso del conocimiento a la sabiduría, algo que nunca llegamos a alcanzar del todo pero que constituye una senda muy bonita. Muchas de las frases que escuché entrevistando a personas para el documental, me acompañan desde entonces: “El cielo está dentro de ti” “El hombre sin espiritualidad se ahoga” “Todo es para ti, no tuyo” o “Viajamos para conocer al otro y acabamos conociéndonos a nosotros mismos”.
Después de la proyección hubo un turno de preguntas y pude explicar alguna experiencia como aquel viaje en tren de Ambala a Varanasi donde renací de mis terrores en un mar de humanidad, con niños entrando y saliendo del vagón sin parar. El pastor de Kalga, a 3000m sintonizando con la naturaleza. La diversión del hippie Jesús y la pandilla de Tárrega…También pude explicar algo del viaje a la India del beat Gary Snyder que antes hicieran Ginsberg o los Beatles con su visita al ashram del Maharishi Mahesh en Risikesh. La reciente muerte de Tom Wolfe me hace conectar con la importancia de la experiencia, con el vivir la vida más que teorizarla, algo que este gran periodista y escritor supo narrar como nadie.
Fue un placer participar en estas jornadas dedicadas a la India y asistir a las conferencias tanto de Agustín como de Óscar, (mi editor y el director de estudios de Casa Asia cuando rodé el documental).
Pániker con tono próximo, culto y divertido, trazó una panorámica de ese territorio mitológico que llamamos Oriente, algo que probablemente ha quedado obsoleto y que remite al eterno binarismo entre Oriente y Occidente. La India entró en lo exótico con los griegos, y en tiempos de Alejandro Magno ya surgió el arquetipo hindú de la sabiduría. Dioses como Shiva o Dionisos, Krishna y Hércules parecían compartidos… Los romanos tuvieron interés comercial y llegada la Edad Media, se adoptaba el sistema decimal hindú. Siglos después, muchos occidentales empezaron a desembarcar en India y cuando lo hicieron los románticos, ya era para atacar la Revolución Industrial y su cientifismo. Con William Jones nació la Asian Society que se adentraba en el conocimiento del sánscrito y su parentesco con el latín y el griego.
Con el Parlamento de Chicago de 1893 nos llegó la espiritualidad de la India con Swami Vivekananda y poco después siguieron muchos otros, entre ellos la Sociedad Teosófica con Madame Blavatsky al frente. En aquellos tiempos nació el interés por la experiencia espiritual y la conciencia interior. Llegado el siglo XX, siguieron Krishnamurti, Yogananda o Aurobindo que desembocan en los hippies y la actual fascinación por el yoga, la filosofía y las disciplinas orientales que nos sirven para complementar y enriquecer nuestras vidas. Entre ellas el tai chi, el yoga, la meditación vipassana, el zen… Asia como explico en mi libro Darhan, sabiduría oriental para la vida cotidiana, nos enseña a mirar hacia dentro, conectar con el espíritu, alinearnos con el fluir de la naturaleza o percibir las chispas espontáneas de la intuición.
Sólo pude escuchar la sesión matinal de Óscar Pujol dedicada a los Yoga Sutra de Patanjali, (que tradujo para Kairós en ). Cantamos los primeros sutras en sánskrito en un ejercicio memorístico de esos que refina la mente, en el sentido del yoga puro y clásico que defendió Óscar. Según este sabio sanskritista, Patanjali simplemente habla de una postura, en flor de loto, desde la que meditamos para pulir una mente que es como un diamante bañado por la luz espiritual que brota del corazón. Meditando disminuimos los kleshas o nubarrones e inquietudes que la perturban. Entre ellas podemos reconocer la ignorancia, el ego, el deseo, el dolor o el miedo a la muerte. Para Pujol, el yoga es tan sólo eso, meditar refinando el diamante de la mente para que irradie con luz poderosa e infinita. Si no, si la mente no es sáttvica el diamante absorbe toda la luz creando un oscuro vacío de neurosis y maya (distorsión de una realidad imaginada).
El yoga físico, cargado de asanas o posturas llegó mucho después de Patanjali, a partir del Hatha y maestros como Krishnamacharya y sus discípulos Desikachar, Iyengar o Pattabhi Jois que adoptaron ejercicios procedentes de la corte de Mysore. Paralelamente, muchos sostienen la influencia de la gimnasia sueca como elemento que se fusionó para formar el yoga más físico que conocemos en la actualidad. Para Patanjali el ejercicio tan sólo sirve para calmar la agitación de mente y cuerpo para entonces empezar a la practicar la meditación del yoga. Este es mi caso, tanto como practicante o profesor. Primero necesito de las asanas para bajar las revoluciones, cansar mente racional y cuerpo, para entonces entrar en la meditación de lo interno y sutil.
Estas son algunas de las gotas de sabiduría aprendidas en el bello entorno de Ordino con sus casas de piedra, bonitos pajares e iglesias románicas, entre altas montañas nevadas como ese Casamanya al que me subo cada vez que puedo.
Esta primavera fue especialmente bonita, después de tantas lluvias, con el verde cubriéndolo todo y el rumor del agua del deshielo brotando en múltiples torrentes.
Geografías es una propuesta de Albert Padrol y Jordi Guillamet, organizado por el Institut d’ Estudis Andorransy el comú d’ Ordino. Sin duda es una fantástica propuesta para todos los que amamos el viaje, la cultura y entendemos el mundo como un punto de encuentro para mentes abiertas que quieren compartir y aprender unos de otros.
El año que viene regresará con una nueva propuesta que seguro seguirá en esta linea pluridisciplinar que cubre distintos ángulos y la ilusión de acercar una nueva geografía a todos nosotros.
Alexis Racionero Ragué
PD : Puedes volver a ver Rubber Soul clicando aquí.
Comentarios recientes